Ahora que muchos tendréis planificadas vuestras vacaciones y
el objetivo a cumplir en las mismas (descanso, juerga, estudios, religioso, cultural,
aventura, desconexión, etc ) me gustaría que pensarais en cual fue el viaje de
vuestras vidas, ese que os marcó a fuego en la memoria momentos inolvidables,
buenos o malos, emociones y encuentros, aquel con el que os empapasteis de todo
lo que veíais y aprendisteis de vosotros mismos.
Si sois personas viajeras, de esas que tiran por el
camino menos transitado, que gustan mezclarse con los aromas y
costumbres siguiendo el dicho de "allá donde fueres haz lo que vieres"...
os será difícil elegir un viaje porque todos son especiales, reveladores y
únicos.
Yo tengo muchos guardados en la memoria. Uno de
ellos fue un fantástico viaje frustrado a Suiza, que se suspendió en el último
momento. Al final quedamos dos amigas sin saber qué hacer con los días ya
cogidos en el trabajo. Así que nos montamos en el coche y le dotamos de voluntad
propia (como si fuera Kitt, el coche fantástico) y terminamos por carreteras
secundarias, de las que te llevan a hacer un Viaje a la Alcarria,
donde la improvisación se adueñó de las decisiones más trascendentales. Nos lo
pasamos genial y no me arrepiento de no haber ido a Suiza.
Pero, esta entrada no la ha motivado el querer
hablar de mis aventuras, sino el descubrimiento de uno de esos viajes olvidados
que es de justicia rescatar. Buscando una nimiedad en Internet de nuevo Google
me sorprendió con un enlace sorprendente que me impactó de manera profunda. Se
trata de un viaje de estudios realizado en 1933, el Crucero Universitario por el
Mediterráneo ¡Ojalá pudiera subir a bordo del Ciudad de Cádiz y realizar aquel viaje!
Poneos en situación:
España, 1933... Sí, antes de la brutal Guerra Civil,
esa que destruyó tantas ilusiones, vidas, deseos de progreso de una generación
culta para un pueblo atrasado, antes de la lobotomía que sufriríamos durante
años de dictadura. No había Internet, ni fotos a color en los libros de las
pirámides, o de los templos griegos, de sus gentes, del mar, de todos los
lugares míticos que se estudian en colegios y facultades.... Un viaje
maravilloso que marcó a unos privilegiados jóvenes con unas ganas locas de construir
un mejor país. Sueños frustrados a cuchillo y bombas poco después, una
generación perdida que ni siquiera intuía el horror que estaba por llegar.
Escalas: Esmirna, Beyruth, Damasco, Cartago, Susa,
Atenas, El Cairo... con cantimplora y
salacot siempre a mano y unas ganas de aprender y confraternizar enormes. Lugares
y gentes que sufrirían también amputaciones terribles con la Segunda Guerra
Mundial. El Mediterráneo que vieron aquellos tripulantes nunca volvería a ser
el mismo.
A bordo, unos profesores de lujo y unos alumnos
aventajados: María Braña, Fernando Chueca, Gregorio Marañón Moya, Esmeralda
Gijón Zapata, Jaume Vicens Vives... camaradería
y buen rollo de chicos y chicas que querían comerse el mundo tras empaparse de
unas clases magistrales de Historia, lenguas muertas, Filosofía, Antropología...
de las que no existen grabaciones en vídeo para poder verlas en YouTube, una
lástima.
"En adelante,
nuestra vida arrancaría de una nueva era: antes y después del Crucero, y el
hecho de haber participado en él, nos uniría a todos a lo largo de los años" confesó Mª Elena Gómez-Moreno.
Muchos de los participantes acabarían siendo
directores de museos, escritores, algunos en el
exilio, otros murieron, y algunos se convirtieron en humildes profesores
que se quedaron en España previa "depuración"
El espíritu de este crucero fue emulado muchos años
después por el genial aventurero, periodista y ser humano, recientemente
fallecido, Miguel de la Quadra -Salcedo
y su mítica Ruta Quetzal (que también
me perdí por pasarme un año de edad). Y es que los viajes de estudios son
especiales, llenos de una ilusión sin prejuicios, amistades, aprendizajes y
aventuras que marcan de por vida vida.
Por último, me gustaría mencionar uno de los viajes
más mágicos que existen para alguien de tierra adentro: ver el mar. Hoy en día
se puede hacer fácilmente, hasta en televisión, pero en los años '30, cuando
una mujer debía viajar en compañía de un hombre o con su permiso en carta,
cuando no había fotos a color que expresaran su magnificencia y unos centenares
de kilómetros eran eternos en aquellos caminos polvorientos... Al mismo tiempo
que unos jóvenes hacían aquel crucero universitario por el Mediterráneo, mi
abuela materna, una modista de un pueblo de las sierras de Jaén, soñaba con ver
el mar. Seguramente fue el viaje de su vida y me encantaría poder ver con sus
ojos asombrados su vastedad.
Puede que prefiráis ser viajeros de la imaginación, ligeros de equipaje, como decía Karen
Blixen en la película "Memorias de África" pero que nada os limite si
lo que queréis es viajar porque hay muchas maneras de hacerlo.
Viajad con los ojos bien abiertos, sin prejuicios,
que es como se aprende. La sorpresa siempre viene cuando se regresa y ves tu
país y tu hogar con otros ojos, y esa es la otra lección tras todo buen viaje,
no del turístico sin más, sino de aquel que te curte.
Quizás aún no habéis hecho el viaje de vuestras
vidas... ¿Y a qué estáis esperando?
"Yo soy un
viajero infatigable (...) He recorrido el mundo a pie y sin dinero. He navegado
por todos los mares y he volado por todo el espacio azul. Sólo me falta visitar
el fuego central de la tierra, donde viven las salamandras"
Emilio Carrere, "La Torre de los Siete Jorobados"
"Yo he visto
cosas que vosotros no creeríais: atacar naves en llamas más allá de Orión...He
visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser...Todos
esos momentos se perderán... en el tiempo, como lágrimas...en la lluvia... Es
hora, de morir"
Roy Batty en Blade Runner
(Rutger Hauer)
Os recomiendo:
- Leer y escuchar al intrépido viajero Jorge Sánchez, es una auténtica gozada poder leer sus viajes y experiencias. Su último libro, "La vuelta al mundo entre sabios, santos y viajeros" ¡es fantástico!
- Si queréis conocerle hay una divertidísima entrevista en YouTube realizada por Buenafuente: https://www.youtube.com/watch?v=E0Jdj_PgR3w
- El memorable programa de radio "La Escóbula de la Brújula" charla ampliamente con él: https://www.ivoox.com/temporada-4-programa-126-la-vuelta-al-mundo-audios-mp3_rf_9224444_1.html
- Para los que os guste caminar, la mejor manera de viajar, y queráis aventura extrema sin arriesgaros podéis hacer dos cosas: Realizar el iniciático Camino de Santiago (un viaje que tengo pendiente) o bien leer el maravilloso libro del aventurero Rick Ridgeway "La sombra del Kilimanjaro" que relata una caminata por África Oriental desde el Kilimanjaro hasta la costa. Preciosa aventura.
- Libro "El peor viaje del mundo"; increíble testimonio de la exploración polar de 1913 de Scott narrada por el explorador británico Apsley Cherry-Garrard. Muy muy chulo... da frío aunque lo leamos en la playa.
- Libro de Francisco García Alonso y Josep Mª Fullola i Pericot "El sueño de una generación" Espero dar con él y comprármelo
Y para terminar os dejo un par de poesías
maravillosas que os darán las claves para tener un viaje inolvidable, ese que
hacemos en vacaciones y el otro... el de la vida.
El
camino no elegido
Dos
caminos se bifurcaban en un bosque amarillo,
Y apenado por no poder tomar los dos
Siendo un viajero solo, largo tiempo estuve de pie
Mirando uno de ellos tan lejos como pude,
Hasta donde se perdía en la espesura;
Entonces
tomé el otro, imparcialmente,
Y habiendo tenido quizás la elección acertada,
Pues era tupido y requería uso;
Aunque en cuanto a lo que vi allí
Hubiera elegido cualquiera de los dos.
Y
ambos esa mañana yacían igualmente,
¡Oh, había guardado aquel primero para otro día!
Aun sabiendo el modo en que las cosas siguen adelante,
Dudé si debía haber regresado sobre mis pasos.
Debo
estar diciendo esto con un suspiro
De aquí a la eternidad:
Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo,
Yo tomé el menos transitado,
Y eso hizo toda la diferencia.
Robert Frost
* * *
Ítaca
Cuando
emprendas tu viaje a Itaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.
Pide
que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.
Ten
siempre a Itaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Itaca te enriquezca.
Itaca
te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.
Aunque
la halles pobre, Itaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Itacas.
C.
P. Cavafis
Mi añorado viaje de estudios, Grecia 1989